Apple nunca se ha caracterizado por utilizar la misma vara de medir los productos que utilizan el resto de fabricantes. Por eso, un teléfono caro y corto en funcionalidades en comparación con la competencia, lleva un año siendo el producto estrella de la compañía.
Imagino que hoy toda la web especializada en el cacharreo estará dándole mil vueltas a la lista de "cosas" que tiene el teléfono. Sinceramente, eso no creo que sea lo más importante del anuncio de ayer.
Desde mi punto de vista, lo más significativo es que la keynote de apertura de la WWDC se dedique prácticamente en exclusiva al lanzamiento de un producto y de un servicio (.Mac) remodelado en apoyo de ese producto. Porque eso es lo que da la idea real de dónde está Apple hoy en día, y de hacia dónde se va a seguir dirigiendo en el futuro cercano.
Tampoco creo que nadie se pueda engañar. Ya hace cosa de un año que sabemos que para Apple, el ordenador no es el producto estrella del catálogo, sino un producto más. Incluso, en breve, me temo, el ordenador será sólo la herramienta que los desarrolladores van a necesitar para trabajar en el "auténtico" producto Apple: el iPhone. Es lo que hay, guste o no.
Ahora bien, desde el punto de vista de un desarrollador que
intenta vender aplicaciones, hoy es un día para estar satisfechos. Apple deja el iPhone en un precio en el que es imposible resistirse (y hasta donde yo recuerdo, es la primera vez que un producto de Apple es más barato que la competencia), y nos permite distribuir aplicaciones a través de un canal embebido en el sistema, con coste cero para nosotros, y con exposición máxima. Dicho de otra forma, el Tito Estíf ha hecho todo lo posible para que sea casi obligatorio para cualquier desarrollador el plantearse seriamente el intentar construir algo para el iPhone.
En eso, ganamos todos. El que programa porque lo va a tener algo más fácil para intentar vender; Apple, porque se está asegurando la existencia de un amplio catálogo de aplicaciones; el usuario final, porque va a tener muchas cosas buenas donde elegir.
Como mínimo, desde luego, a mí me han hecho replantearme si la idea en la que estoy trabajando va a ser finalmente para escritorio o para iPhone. Y es que no es lo mismo intentar vender una aplicación para una plataforma con un 3% de penetración que para lo que parece que va a ser el cacharro de la temporada.