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hola, yo tambien me hago la misma pregunta muchas veces,porque soy peruano y eso se nota desde que me ves :D
tengo muchas anecdotas de esas que me hacen gracia mucha gracia, pero si los hay que se molestan de nuestra presencia por aqui, "nos quitan el trabajo", "todos son ...", "muy jodia la situacion en tu pais no?" .... esto es el pan de cada dia y en las entrevistas de trabajo ya, te partes :D. llamas al telefono "hola soy ...mi curriculum es este..." a lo que responde: "muy bien me interesa pasese por esta direcion"; llegas a la entrevista:"hola soy .. os llame esta mañana..." responde la secretari:"mmmmmmm seguro eres tu ... crei qeu eras de aqui no te notava el acento(que mas te da de donde sea si voy a trabajar encerrao 8 horas diarias por un sueldo de mierda), tienes papeles no? enseñamelo porfavor....." esto cuando estar nervioso en tu primera primera entrevista de trabajo y ya llevas aqui 3 años te preguntas si es buena idea pegarte el NIE en la frente antes de entrar a una entrevista o decir antes de tu nombre tu nacionalidad cuando llames portelefono: "hola soy jimmy, extranjero de peru...."
para to esto solo tengo una sonrisa y un "adios"

Bueno, quizá sea xq esa situación no sea tan modélica.

Hablo de experiencias personales y de la zona donde yo vivo. Los inmigrantes q llegaron aki, comenzaron a trabajar a cambio de salarios muy bajos, sin seguridad social y sin nada de nada.
Creo que son tan culpables ambas partes, tanto el español q ofrece esas condiciones como el inmigrante q las acepta.
Si exigieran las mismas condiciones que los españoles seguramente se aminoraría el sentimiento de rechazo que siente la gente, aunq claro está, al inmigrante le sería más difícil conseguir el puesto de trabajo.
Una situación complicada la de los inmigrantes...

¿Cuántos trabajos has rechazado tú, pitiklan, porque las condiciones eran malas?.

Yo, desde luego, ninguno. No se les puede juzgar por eso. El único culpable de la explotación es el que explota, no el explotado.

Te entiendo, Pitiklín, comprendo los motivos que te llevan a plantear la idea de que el oprimido tiene tanta culpa como el fuerte, que sin la aquiescencia del uno, el otro estaría acabado. Pero debemos entender que este argumento sólo es válido ante una igualdad real de derechos y condiciones, en un entorno de protección social y personal. Rechazar un trabajo, llevar la contraria a tu jefe, manifestarse en plena vía pública, recurrir a la oficina del consumidor, denunciar al explotador, son derechos que, siendo español, apenas tiene mérito ejercer.

Tras tu argumento de que el oprimido tiene tanta culpa como el opresor detecto una probable existencia de testigo privilegiado ante el ejercicio del poder. Imagino que cuando lees que un chaval se suicida en el País Vasco por el martirio diario que sufre en el colegio piensas que es porque no supo cortar a tiempo las bromas de sus torturadores adolescentes, o que cuando una mujer en Galicia muere a manos de su pareja se debe a que no fue capaz de ganarse el respeto de su compañero. En fin, a veces creo que los testigos imparciales, mesurados y analíticos como tú son los que en ocasiones permiten que el ejercicio del poder se desboque hasta límites insospechados.

pues la situacion de todos es como suave pero nosotros los colombianos si nos toca peor, aca los tratamos como si fueramos hermanos con carino pero salimos y en cualquier pais no hacen mala cara sea donde sea, es muy dificil y mas como nuestro amigo del peru, es mucho mas dificil cachar trabajo, pero si, respecto al tema no veo porque les molestan los extranjeros, que seas de otro pais demuestra que podemos conocer mas de vuestras culturas y conocer mejor a vuestra gente

Saludos,

a aquel que piense que efectivamente los extranjeros molestan, les animo a que miren en las hemerotecas, un artículo que ha publicado el diario El País esta semana ( creo que fue el domingo ) en el que explicaba gráficamente lo que pasaría si de repente, no hubiese extranjeros en Madrid. Por cierto, yo no soy madrileño y vivo y trabajo en Madrid, ¿ le estaré quitando al pan a algún madrileño de pura cepa? debe ser que no, porque ninguno me reprocha nada, aunque seguro que si mi piel fuese más morena o mi apellido más extraño ( ¿ más ? ) la cosa sería diferente.
Un saludo a todos, extranjeros o no, que para mí sois ( somos ) todos iguales.

El problema de todo esto es la generalización absurda a la que suele recurrir el ser humano medio (medio-idiota claro).

La gente entiende que porque hay cuatro inmigrantes que han cometido un delito, pues la mayoría que hay también lo han cometido, cuando probablemente el porcentaje sea bajísimo.

Un ejemplo claro, el otro día un amigo mio que trabaja en La Caixa (malos, malos, malos) recibio un cliente con una conversación similar a esta:

Cajero: Hola, buenos días, ¿qué desea?

Cliente: Pues quería ingresar este dinero. Por cierto, ¿te has enterado de lo que ha pasado en Madrid? Han puesto una bomba los de ETA.

Cajero: Pues no, no me he enterado aquí dentro todo el día uno no se entera de mucho, jeje.

Cliente: A esos vascos de mierda habría que bombardearlos hasta que no quedase ninguno, menudos hijos de p*** son (todo ello dicho con mucha rabia).

Obviamente mi amigo se quedo roto por todas partes, es obvio que porque ETA (criminales) ponga una bomba, no significa que la este poniendo todo el pueblo vasco.

Desde mi punto de vista, hasta que la gente no deje de decir y pensar tonterias como esas no avanzaremos un ápice en la integración de los inmigrantes y en el entendimiento del pueblo vasco o cualquier otro.

En fin, es muy triste pero bueno.

Un par de mis 8 bisabuelos era de Granada, vinieron con sus 7 hijos a Buenos Aires a causa de la guerra civil española, primero vino el bisabuelo con los hijos varones y luego, a los seis meses, la bisabuela con las niñas; a los nueve meses del reencuentro de los bisabuelos nació mi abuela, argentina ella, claro. La única argentina de 8 hermanos (antes se estilaba tener más de un hijo), el mayor de los cuales le llevaba 18 años. Los chistes de siempre solían ser “anda tú que eres argentina!”. Y la bisabuela insistía con que los españoles nos habían “sacado la pluma” y nos habían civilizado. Yo digo “nos” aunque mi descendencia sea mayormente europea y asiática (un bisabuelo árabe, dos franceses, cuatro españoles, etc) porque aunque el patriotismo no me va en lo mas mínimo, yo siento mis raíces acá y no allá (será que 1 de mis 8 bisabuelos era nativa). Y no festejo el “día de la raza”, desde los 13 que siempre me escapaba del colegio para no asistir al acto supuestamente patrio, donde se conmemora un genocidio del que supuestamente debemos estar orgullosos.
Pero los argentinos también discriminan (acá no digo “nos” porque yo no discrimino) a los inmigrantes peruanos, colombianos y bolivianos, a los que consideran “todos iguales” (todos iguales no el buen sentido), a los chinos, japoneses y coreanos, a los que también consideran “todos iguales”, en fin, xenófobos y suprematistas hay en todas partes.
A su vez los chinos discriminan a los taiwaneses, los japoneses discriminan a los chinos, los chinos y los taiwaneses odian a los coreanos y a su vez se odian entre sí, y los colombianos odian que los confundan con “esos bolivianos” y los argentinos odian que en el exterior los consideren “latinos” cuando no se parecen para nada a “esos mejicanos”, los árabes odian que los confundan con los turcos, a los indios le gusta dejar bien claro de que zona de la India son y entre ellos mismos se discriminan por castas, y todos se creen mejores que el resto.
Pero como dice la canción “hay gente que no”. Hay gente xenófoba y gente que no. Por suerte.