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Algún día tenía que pasar

Prepárense para una intensa y emocionante historia, en la que se mezclan pasiones, emociones, condiciones de baja luz, un portal con paso de carruajes y un Guardia Civil de paisano.

Habla el narrador, mientras se presenta un plano abierto de los protagonistas, vistos desde la espalda, andando por una calle estrecha:

Timmy, Guachinche, y Guachincha han decidido dedicar la mañana de su merecido día de asueto a festejar el aniversario constitucional tirando unas fotos por el centro de Madrí.

De repente, el entrenado ojo fotográfico de Guachincha fija su atención en un portal. No en un portal cualquiera, sino en uno de esos portales que abundan por el centro de Madrí, que en realidad son pasos de carruajes. En el interior del portal hay un banco de madera y un ciclimotor. Guachincha alza su cámara y comienza a disparar, mientras Timmy, al observar a Guachincha a contraluz, enmarcada por el arco del portal, dispara también un par de veces.

Una vez concluída la rápida y certera maniobra, se oye un ruido en el interior del portal, y una voz que dice... (se pasa a la ación real, en plano secuencia)

Un Señor (US): ¿Qué estáis haciendo?
Guachincha: ¿Perdón?
US: Sí, que qué estáis haciendo, a ver
Guachincha: Fotos...
US: ¡Guardia Civil, documentación! (música dramática)
Timmy: ¿Nos enseña alguna identificación, por favor?

US abre su cartera y enseña un carnet, efectivamente, de Guardia Civil.

Guachincha: ¿Pero qué hemos hecho?
US: Aquí no se puede hacer fotos.
Guachincha: ¿Pero por qué?
US: Porque esto es una casa privada
Timmy y Guachincha a la vez: Coño, si es una casa privada, y está en la calle, ¿dónde está el problema?
US: Pues que es una casa privada de un cargo público
Timmy y Guachincha: (pensando: ¡mierda!) Pues tenga el DNI, tenga.
US: Pasen al portal, por favor (mientras se pierde en el interior del edificio)

Pasan varios minutos, en los que Timmy y Guachincha (a los que, por solidaridad y por evitar las posteriores collejas se ha unido Timmy) se dan cuenta que en la fachada del edificio hay una cámara, se empiezan a temer que han metido un poco la patita, se preguntan quién será el cargo público, se dan cuenta que no les va a dar tiempo a tomar el vermú, repasan, primero mentalmente, y posteriormente en voz alta sus antecedentes penales (la falta de, por supuesto) hasta que se vuelve a abrir la puerta y vuelve a aparecer US.

US: Disculpen las molestias, aquí tienen su documentación. Entiendan que es mi obligación...
Timmy y Guachincha: Por supuesto, entienda Vd también que nosostros no sabíamos...
US: Por supuesto.
Timmy y Guachincha: Por supuesto.

Narrador:
Pese a la tensión de la situación, y a las no demasiado delicadas maneras iniciales del agente de la autoridad, todo ha acabado en una divertida anécdota que Timmy, Guachinche y Guachincha contarán seguro en todas sus reuniones navideñas. Timmy y Guachincha conservaron, respectivamente, su carrete y su tarjeta de memoria, y fueron tratados con el respeto y educación con el que se supone que todo ciudadano debe ser tratado, respeto y educación con el que a su vez trataron al agente de la benemérita.

Y, pese a lo que posteriormente se dijo, el hecho de que Timmy hubiera pasado miles de veces por delante de ese portal, y que incluso le hubiera hecho fotos anteriormente, no implica necesariamente que Timmy sea medio tonto y que no se entere de nada.

Comentarios

jajaja, me ha gustado mucho más leerlo que oirlo (con todos mis respetos a Guachinche, Guachincha o Timmy)