La velocidad
Es la segunda variable a considerar (la otra es la apertura) para conseguir una exposición correcta. ¿Pero a qué se refiere la velocidad? ¿Velocidad de qué?
Delante de la película (o del sensor digital), hay una cortinilla, u obturador, que son dos palas que se abren cuando se presiona el disparador, para dejar entrar la luz que impresionará el carrete. Al hablar de velocidad, se hace referencia al tiempo que estará abierta esa cortinilla.
Por tanto, a menor velocidad, más tiempo estará abierto el obturador, y por tanto, más luz entrará. A mayor velocidad, menos tiempo estará abierto el obturador, y por tanto, menos luz entrará.
La velocidad se mide en fracciones de segundo (1/2, 1/60, 1/250,...). Por tanto, cuanto mayor sea el denominador de esa fracción, menos tiempo estará abierta la cortinilla.
La combinación de apertura y velocidad, por tanto, será la que se debe manejar adecuadamente para conseguir exposiciones con la luz suficiente. Si se abre mucho el diafragma (apertura grande, luego número f pequeño y profundidad de campo más corta) entrará más luz por el objetivo, por lo que no será necesario tener abierta la cortinilla tanto tiempo como sería necesario si se abriera menos el diafragma del objetivo.
Al igual que ocurre con la apertura, la velocidad también se puede utilizar como un recurso creativo. Al utilizar bajas velocidades, la película se impresiona durante más tiempo, por lo que, si se está fotografiando algún objeto en movimiento, éste puede aparecer con una estela. De esa forma se puede transmitir sensación de movimiento y dar mucha fuerza a algo que es por definición estático: una fotografía. Sin embargo, si se utiliza una velocidad mayor, el objeto en movimiento puede aparecer perfectamente congelado, lo que es fundamental para captar, por ejemplo, a un niño corriendo detrás de una paloma.
Sin embargo, las velocidades bajas, además de proporcionar un recurso creativo de gran potencia visual, también pueden producir un problema: que las fotos salgan movidas. Como regla general, para evitar que en las fotos se aprecie movimiento por falta de pulso del fotógrafo, es conveniente no disparar a velocidades inferiores a 1 divido por la longitud focal del objetivo. Por ejemplo, con un 50mm es mejor no bajar de 1/50, mientras que con un 200mm es mejor no bajar de 1/200, siempre y cuando se quieran hacer las fotos a pulso, claro. Y a velocidades más bajas, se monta el trípode y punto.
Esta fotografía está hecha con una velocidad bastante baja
Esta otra está hecha con una velocidad más alta. El movimiento de los coches está congelado: