Modos de exposición
Las cámaras reflex, y muchas de las compactas de gama media y alta tienen varios modos de exposición automáticos o semiautomáticos. En concreto, quiero fijarme en cuatro de ellos, el Manual (M), el de Prioridad de Apertura (A), el de Prioridad de Velocidad (S) y el Modo Programado (P)
Modo manual
El nombre lo dice todo. Hay que seleccionar de forma manual la apertura y la velocidad, para de esa forma, conseguir una exposición adecuada. Es el modo en el que más se puede extraer de la cámara, pero a la vez, es el que más ralentiza la toma de fotografías.
Pero eso tampoco tiene porqué ser un inconveniente. El tener que estar seleccionando a mano los valores de la cámara obliga a pararse antes de disparar la foto, a mirar un poco más por el visor, a tomar la imagen con un poco más de cuidado, a pensarla un poco más que si simplemente se llega y se dispara.
Prioridad de apertura
Es uno de los tres modos semiautomáticos. En este modo, se selecciona la apertura de forma manual, y la cámara se encarga de calcular el tiempo de exposición. Es un modo ideal para transportar la cámara, para cuando se va andando con la cámara en la mano, simplemente mirando alrededor. El que la cámara calcule por uno, y se asegure que la exposición sea correcta, permite realizar las fotografías con mayor rapidez, sin tener que tomarse tanto tiempo como en el modo manual.
En la mayoría de las cámaras se puede decidir cómo se quiere que ésta realice las mediciones de luz. Normalmente, se hace una medición compensada, la cámara mide la cantidad de luz en las zonas más claras y más oscuras del visor, y calcula un tiempo de exposición para los medios tonos. Eso puede hacer que, si, por ejemplo, hay luces muy altas y sombras no demasiado bajas, la imagen termine sobrexpuesta en las zonas iluminadas.
Para evitarlo, se puede compensar la exposición. Se deja a al cámara que calcule el tiempo de exposición que considere correcto, pero se puede forzar a que esa exposición se realice con una subexposición o una sobreexposición (sobre los valores calculados por la cámara), que normalmente se mide en tercios de paso. La forma de realizar esa compensación dependerá de la cámara, pero suele hacerse con un control que está a mano.
En todo caso, siempre hay que ser cuidadoso con la apertura elegida. Por ejemplo, si se va a hacer una foto en condiciones de luz escasa, no se debe elegir una apertura pequeña como f/16, ya que en ese caso, la velocidad deberá ser muy baja, y es más que posible que la foto salga movida si se hace cámara en mano.
Prioridad de velocidad
Es lo mismo que la Prioridad de Apertura, pero en este caso lo que se deja constante es la velocidad de obturación, dejando que la cámara calcule la apertura necesaria. Al igual que en el modo de prioridad de apertura, se puede compensar la exposición, normalmente en incrementos de un tercio de paso.
En este modo también hay que tener en cuenta que en condiciones bajas de luz, si se selecciona una velocidad muy alta, es posible que la apertura máxima del objetivo no sea suficiente para lograr una exposición adecuada.
Modo Programado
La cámara calcula la velocidad y la apertura necesarias para lograr la exposición correcta. En este modo, se puede, una vez la cámara haya hecho su cálculo, ir pasando por distintas configuraciones de apertura y velocidad que darían como resultado la misma exposición, de forma que se pueda escoger aquella configuración que mejor se adapte a lo que se quiera transmitir con esa fotografía.
Por ejemplo, supongamos que la cámara calcula una apertura de f/4 y una velocidad de 1/250. Se puede ir modificando ese valor de la velocidad, de forma que la cámara va recalculando la apertura para conseguir la misma exposición.
Resumiendo
El modo manual es en el que más control se tiene sobre el resultado final. También es el que obliga a detenerse y ser más meticuloso en la configuración de la cámara, lo que suele ayudar a mejorar también la composición de la fotografía, ya que da más tiempo para analizar la imagen y pensar en la mejor forma de mostrarla. Sin embargo, las cámaras modernas ofrecen varios modos semiautomáticos, que pueden facilitar en gran medida la realización de fotografías con la exposición correcta, dejando aún mucho control en el fotógrafo.