intrascendencias

Cierta señorita, que en adelante llamaremos GFT, ha realizado una fabulosa Unidad Didáctica para utilizar en sus clases de Español como Lengua Extranjera. La fabulosa Unidad Didáctica está construída alrededor de la película Habana Blues, producida por Maestranza Films, y GFT ha utilizado media docena de capturas de pantalla del film, así como un par de transcripciones de algunos diálogos y de la letra de un par de canciones.

Un día, GFT se entera de la convocatoria de un concurso de Unidades Didácticas por parte del Ministerio de Educación, y decide presentar su trabajo a dicho concurso. GFT pasa la primera criba, pero desde el Ministerio le solicitan, con mucha amabilidad, que aclare si está utilizando material sujeto a derechos de autor. Y que lo aclare en dos días laborables.

Así que GFT, que no le tiene miedo a nada, decide contactar con Maestranza Films. Llama por teléfono a las oficinas de la productora, donde muy amablemente le informan del procedimiento a seguir para obtener una autorización para utilizar esas capturas y esos textos de la película. Simplemente, debe enviar a la productora, por correo electrónico, una copia de la Unidad Didáctica, y una explicación de qué piensa hacer con ella y cómo lo piensa hacer (un caso de uso, que diría el maromo de GFT, que es programador y no sabe hablar de otra forma, el pobre), para que la productora, a su vez, se lo envíe a su abogado, y que éste decida si se puede hacer uso de esos materiales o no.

GFT envía la documentación un miércoles a las once de la mañana, aproximadamente.

¿Cómo creen ustedes que terminará esta historia? ¿Las malvadas fuerzas de la gestión de derechos de autor se opondrán al uso de las capturas de pantalla por GFT? ¿O nuestra heroína conseguirá seguir enseñando el noble idioma de Cervantes apoyándose en esa película?

Pues yo todavía no me lo creo, pero a las 14:29, GFT ha recibido un email de Maestranza Films, en el que se da el OK para que presente el proyecto.

Es increíble, pero es cierto. Aún queda sentido común en el mundo, al menos en lo referente a la gestión de los derechos de autor. Mi más sincera enhorabuena a la gente de Maestranza, por demostrar semejante sensibilidad hacia el uso de las obras sujetas a derechos de autor para fines educativos, y al interés puesto en resolver, con la mayor brevedad posible, una situación de la que no eran responsables.

No todo va a ser protestar...