intrascendencias

Como diría algún señor al que no me apetece nombrar "estamos trabajaaaando en eeeello", donde "ello" es la noble cualidad de la ubicuidad*, pero por ahora no hacemos más que leves progresos.

Lamentablemente, como para tantas otras cosas en este mundo, no basta con querer. Por eso, la cola de películas pendientes es más larga que la de razones por las que convocar referéndums**. Pero, la perseverancia es una de las cualidades más altas del ser humano, aunque ese ser humano sea yo, y por fin en el día de ayer he conseguido eliminar un item de la dichosa, en este caso no por feliz, lista.

The Station Agent es una película deliciosa. No es un drama, no es una comedia, no cuenta una historia particularmente compleja, pero es de esas pelis que te dejan una sonrisita de gilipollas cuando empiezan los créditos.

Esta vez, y sin que sirva de precedente, ni siquiera va a haber nano-sinopsis. Es mejor que cada uno vea en esta obra lo que quiera ver, sin condicionantes previos. Pero sí quiero hacer una recomendación: cómprenla, pidánsela prestada a un amigo, bájensela o sáquenla de un videoclub. Pero véanla, su vida no cambiará, pero habrán pasado un rato delicioso.

*La RAE va a hablar: ubicuo, cua. 2. adj. Dicho de una persona: Que todo lo quiere presenciar y vive en continuo movimiento.
** Esto es lo que mi padre, hombre sabio, llamaría dar el cabás; si no fuera tan sabio habría dicho que es dar el coñazo. Hermosa, la riqueza del lenguaje.