Uy, qué miedo
No sé muy bien porqué, pero me ha dado por abrir uno de los periódicos gratuitos, esos que están reinventando el periodismo con su cercanía, y se me han quitado las ganas de salir a la calle.
Entre el peligro de ataques biológicos, el imparable aumento de la delincuencia infantil, el más que imparable aumento del número de atracos en el metro, las cartas de los lectores pidiendo más (¡más!) guardias en el metro y no sé cuántas cosas más, es que me están dando ganas de meterme debajo de la mesa en posición fetal. Y así, además, aprovecho y no curro.
Una idea, nada más: ¿y si dejamos de meter miedo a la gente?.